Meditación sobre la fotografía, la literatura y la música: «Días perfectos» de Wim Wenders

Meditación sobre la fotografía, la literatura y la música: "Días perfectos" de Wim Wenders

La más reciente película de Wim Wenders, Días perfectos (2023), es una obra contemplativa y poética que explora la vida rutinaria de Hirayama (interpretado magistralmente por Koji Yakusho), un hombre que limpia baños públicos en Tokio. Sin embargo, bajo la aparente simplicidad de su vida diaria, se despliegan profundos subtextos que abarcan temas como la fotografía, la literatura y la música, que se convierten en ejes fundamentales para entender el mundo interior del protagonista. Con esta película, Wenders nos invita a reflexionar sobre las pequeñas cosas que, al acumularse, conforman nuestra vida y la manera en que las artes pueden iluminar lo cotidiano.

La fotografía: una mirada a la simplicidad

Una de las formas en las que Hirayama parece conectarse con su entorno es a través de la fotografía. Utiliza una cámara compacta de rollo, un dispositivo que parece estar en desuso en un mundo cada vez más dominado por la tecnología digital. Al optar por una cámara analógica, Wenders subraya la importancia del acto de capturar un momento de manera deliberada, un acto que requiere tiempo, paciencia y, sobre todo, una mirada consciente.

En un mundo donde los smartphones permiten sacar cientos de fotos al instante, Hirayama opta por la fotografía lenta y reflexiva, sugiriendo que, para él, lo importante no es la cantidad de imágenes sino la calidad de los momentos que decide inmortalizar. Esto está en perfecta sintonía con el estilo cinematográfico de Wenders, quien siempre ha sido un maestro en capturar la belleza en la cotidianidad, desde el desierto en Paris, Texas hasta los paisajes urbanos de Tokio en Días perfectos.

La literatura: un refugio en el pasado

La película también está imbuida de referencias literarias que reflejan los intereses y la personalidad de Hirayama. Tres escritores en particular se mencionan en la película: Aya Koda, William Faulkner y Patricia Highsmith, quienes representan diferentes mundos literarios y estados emocionales, pero que en conjunto trazan un mapa de las inquietudes del protagonista.

Aya Koda, escritora japonesa conocida por su estilo sencillo pero emotivo, parece resonar con Hirayama, quien lleva una vida austera pero llena de significado. En una escena clave, una vendedora de libros describe a Koda diciendo: «Ella usa las mismas palabras que nosotros, pero hay algo tan especial». Esta frase bien podría aplicarse a la forma en que Wenders construye la película: con elementos cotidianos que, al ser observados detenidamente, revelan una belleza y profundidad inesperadas.

Por otro lado, William Faulkner, con su prosa densa y a menudo oscura, evoca una perspectiva más compleja sobre la vida, marcada por las luchas internas y el peso del pasado. Aunque Hirayama parece vivir de manera despreocupada, su vida sugiere un trasfondo de pérdida y nostalgia, una lucha silenciosa que Faulkner podría haber narrado en una de sus novelas.

Finalmente, Patricia Highsmith, maestra del suspenso psicológico, aporta una dimensión de tensión y misterio. Aunque Hirayama parece estar en paz con su rutina, la aparición de ciertos personajes disruptivos, como su sobrina y una mujer enferma que conoce, añade un elemento de incertidumbre que altera su serena existencia, recordándonos que, como en las novelas de Highsmith, debajo de la superficie puede haber profundos conflictos latentes.

La música: banda sonora de la vida

La música juega un papel crucial en la vida de Hirayama, y es quizás la forma más directa en la que el protagonista se conecta emocionalmente con su entorno. Cada mañana, selecciona cuidadosamente un casete de su vasta colección para acompañarlo en su trayecto al trabajo, y la música se convierte en su compañera silenciosa en un mundo que parece estar en constante movimiento.

Es interesante que Hirayama use casetes, una tecnología que ha quedado obsoleta para la mayoría de la gente. Esto subraya su apego a los objetos tangibles y a las experiencias analógicas, en contraste con la inmediatez del mundo digital actual. En una de las escenas más conmovedoras de la película, Hirayama observa a una joven escuchar a Patti Smith por primera vez, capturando ese momento efímero en que la música tiene el poder de cambiar nuestra percepción del mundo.

La banda sonora de Días perfectos incluye una mezcla de géneros y épocas, reflejando la complejidad emocional del protagonista. Temas de artistas como Patti Smith y Nina Simone aportan una dimensión nostálgica, pero también una sensación de atemporalidad, conectando las emociones de Hirayama con algo más grande y universal. En un mundo que a menudo se siente desechable, Hirayama se aferra a la música como un refugio emocional, una forma de expresar sus sentimientos más profundos sin tener que verbalizarlos.

La vida sin tecnología

Una de las decisiones más notables de Hirayama es su rechazo a las tecnologías modernas. No tiene un teléfono inteligente, lo que lo aísla de la hiperconectividad que caracteriza al mundo actual. Esto le permite vivir en un presente continuo, en el que sus interacciones están limitadas a las personas y los lugares que encuentra en su camino, sin la distracción constante de las notificaciones y las redes sociales.

Este rechazo a la tecnología es, en muchos sentidos, un acto de resistencia. Al negarse a vivir según los dictados de la inmediatez y la superficialidad digital, Hirayama crea su propio ritmo de vida, uno que valora la pausa, la reflexión y el contacto directo con el mundo físico. Así, sus visitas a la librería de segunda mano, sus paseos por el parque y el simple acto de seleccionar un casete para escuchar en su auto adquieren un significado profundo.

Días perfectos es una obra maestra de la simplicidad, que, como la obra de Aya Koda, usa las mismas herramientas que todos conocemos —fotografía, literatura y música— pero logra infundirles una magia especial. Wim Wenders nos ofrece una visión de la vida que, aunque austera, está cargada de emociones y significado. A través de la mirada de Hirayama, vemos cómo las artes pueden iluminar incluso los rincones más oscuros de nuestra existencia, y cómo, en los pequeños detalles, se esconde la verdadera belleza del mundo.

Pueden disfrutar de Días perfectos en la plataforma de streaming MUBI.